Tiempo de reflexión
Alberto Izquierdo, secretario general del Partido Aragonés y portavoz en las Cortes de Aragón
Celebramos esta semana pasada el 45 aniversario de nuestra Constitución, la conmemoración del nacimiento de la democracia, de la recuperación de las libertades y del Estado de Derecho. Pero este año lo hacemos rodeados de un ambiente convulso en el que la crispación está, desgraciadamente, presente en nuestras instituciones y en nuestras calles.
Esta conmemoración debe invitarnos a todos a la reflexión, a pensar en qué es lo que hemos hecho mal para que principios tan básicos de una democracia como son el diálogo, la convivencia y la igualdad estén siendo olvidados.
Los discursos que estos días escuchamos en los numerosos actos conmemorativos recuerdan la capacidad de entendimiento que tuvieron los padres de nuestra Constitución, esos siete hombres que dejaron de lado su ideología política para que España disfrutara de una sociedad democrática y cerrara heridas. Lamentablemente, estos discursos se quedan en palabras apagadas por el ruido que se escucha en las tribunas y en las calles.
El Partido Aragonés, un partido de centro, que ha moderado las posturas en aquellos gobiernos de los que ha formado parte, invita a las formaciones políticas y a la sociedad en general a reflexionar sobre cómo hemos llegado hasta aquí. ¿Qué ha pasado en este país para que hayamos olvidado los valores fundamentales en los que se debe basarse una sociedad democrática?
Debemos, entre todos, dejar de lado los intereses partidistas que están dividiendo España, que están promoviendo la existencia de Comunidades Autónomas de primera, de segunda y me atrevo a decir que de tercera división. Y de esta clasificación que nunca debería haberse propiciado, Aragón no sale bien parada.
El Estado tiene una deuda histórica con nuestra Comunidad y no solo económica. Desgraciadamente, los últimos acontecimientos y decisiones políticas tomadas más allá de nuestras fronteras dejan a Aragón en el vagón de cola de un tren que, si no lo evitamos entre todos, puede llegar a descarrilar.
España acaba de estrenar un Gobierno construido sobre cimientos independentistas y separatistas que lo único que han conseguido es agravar esa división que se lleva gestando desde hace tiempo y que puede romper definitivamente nuestro país. Un proceso en el que la equidad, dar más al que menos tiene, se ha relegado al olvido y en el que salen ganando los de siempre.
Apelo por ello a todos los partidos políticos de nuestra Comunidad y especialmente a aquellos que tienen representación en las instituciones de nuestro país a que alcen la voz para reivindicar lo que Aragón merece por derecho, pero siempre desde una postura dialogante y constructiva, alejada del enfrentamiento social.
Desde el Partido Aragonés consideramos que es momento de reclamar un impulso al proceso de transferencias a Aragón pendientes en el vigente Estatuto de Autonomía, de reformar el modelo de financiación autonómica para que tenga en cuenta el coste efectivo de la prestación de los servicios en una Comunidad marcada por la despoblación, la dispersión territorial y el envejecimiento de sus habitantes.
Pero todo ello puede y debe hacerse desde el diálogo, el entendimiento, dejando de lado el ruido, el enfrentamiento, las manifestaciones callejeras. Aragón, tierra de acuerdos, ha sido históricamente ejemplo de convivencia y tolerancia, valores que ahora más que nunca deben primar en nuestra sociedad y que debemos saber transmitir a nuestros hijos, el futuro de nuestro país y nuestra Comunidad.
Defendamos pues lo que nos corresponde por derecho, pero siempre recordando el espíritu con el que nació nuestra Constitución hace ya 45 años. Honremos a aquellos que fueron capaces de construir nuestra democracia, a nuestros padres, a nuestros abuelos, que tanto lucharon por conseguir el Estado de Bienestar del que ahora disfrutamos.